Nota original:
http://www.lanacion.com.ar/1660798-el-dilema-del-pj-quien-se-anima-con-ella
El dilema del PJ: quién se anima con ella
Por
Joaquín Morales Solá
TODO
ESTÁ PERDIDO
Un
gobernador peronista, que suele frecuentar la primera fila de los
asistentes a los discursos de Cristina
Kirchner, responde así en estos días cuando se le pregunta cómo
está el partido frente a la crisis de la economía. "Miren al
sindicalismo y sabrán hacia dónde va el peronismo." ¿Cómo ve
él al sindicalismo? "Reagrupado de hecho y a mucha distancia
del Gobierno." Ebullición y preocupación son las palabras que
usa otro gobernador para calificar la
situación interna del PJ .
Traducción:
el gobernador es peronista, no cristinista como le gusta decir a
Joaquín Morales Solá. Entonces, el problema, es que hay una
“ebullición” (SIC) y una “preocupación” (SIC) entre los
sindicatos. Esto hace, de acuerdo a Joaco, que... TODO ESTÉ
PERDIDO.
El
peronismo nada en aguas desconocidas. Hay un gobierno peronista que
no lo representa. Hay una crisis que fastidia a la sociedad con el
gobierno y con el partido. Hay una presidenta
que desprecia la interlocución con gobernadores e
intendentes justicialistas.
Traducción:
el kirchnerismo no es peronismo. La yegua no habla con nadie, cosa
que debería hacer un verdadero peronista. TODO ESTÁ PERDIDO.
Gobernadores
cristinistas, o que posan como tales, están siendo arrastrados por
la impopularidad de ella. Los que no son tan cristinistas sospechan
que la sociedad podría no distinguir entre peronistas, kirchneristas
y cristinistas. Para el trazo grueso de la gente común, dicen, todos
ellos son peronistas.
Traducción:
los kirchneristas que no son ni peronistas ni kirchneristas sino
cristinistas y que “posan como tales”(SIC), van a perder. Porque “la
sociedad no podría distinguir”(SIC). Porque “la gente común,
dicen”(SIC) sería estúpida. Otra razón más para comprender que
incluso el caudal electoral de gobernadores e intendentes, ESTÁ
PERDIDO.
La
preocupación por una eventualidad se está convirtiendo en riesgos
palpables en varias provincias. El gobernador de Entre Ríos, el
cristinista Sergio Urribarri, tropezó con la novedad de que dos
importantes intendentes de su provincia (uno de ellos, el de
Concordia, es precandidato a gobernador) podrían saltar pronto hacia
el peronismo disidente.
Traducción:
si no saltan ahora del otro lado de la mesa, hasta la mesa de los
malos pero ganadores, TODO ESTÁ PERDIDO.
Sin
embargo, nada de todo esto está en condiciones de llegar, intacto y
directo, al conocimiento de la Presidenta. La información de lo que
sucede en el partido fluye rápida y vasta entre sus dirigentes, que
no pueden decidir nada trascendente. Ninguno sabe cómo ni cuándo le
llega la información a Cristina, si le llega. Todos creen, más
bien, que el núcleo duro que la rodea sólo le da interpretaciones
parciales de la realidad.
Traducción:
la Presidenta está enajenada y loca y todos los que la rodean no le
dicen nada. El “núcleo duro” le miente en detrimento de sus
propias vidas, aparentemente. Apúrese señor gobernador que Joaquín
Morales Solá le está diciendo que se escape del barco, puesto que
TODO ESTÁ PERDIDO.
Tres
gobernadores han avanzado en las últimas horas en definiciones
públicas significativas. Uno fue el de Buenos Aires, Daniel Scioli:
admitió que se viven "momentos sensibles", y recordó que
él gobierna "un país dentro del país".
Traducción:
Scioli tampoco es cristinista. Sin la provincia de Buenos Aires,
señor gobernador o intendente que siempre lee la columna de Joaqui,
así es, sin dudas, sin hesitar: TODO ESTÁ PERDIDO.
"Momentos
sensibles" podría traducirse en la palabra crisis según el
estilo siempre prudente del gobernador bonaerense. El recuerdo de su
experiencia como funcionario es más llamativo, porque significa que
no cesó, a pesar del cuestionamiento de sectores cristinistas, su
insistente oferta como candidato a suceder a la Presidenta. Crisis y
sucesión en boca de Scioli es el síntoma más cabal de que el
gobernador le está hablando a un justicialismo desesperado por
encontrar una puerta de salida.
Traducción:
señores funcionarios peronistas de verdad pero no kirchneristas,
péguense ya mismo con Scioli antes de que sea demasiado tarde, antes
de que TODO ESTÉ PERDIDO.
Otro
gobernador fue el cordobés José
Manuel de la Sota, que pidió que el peronismo no termine
hundiendo al peronismo (es decir, a Cristina), pero reclamó
enérgicamente un cambio de las cosas actuales. De la Sota tiene fama
de conocedor obsesivo de la estructura partidaria y es el que en
estos días más habla con gobernadores e intendentes,
incluidos Scioli y Sergio
Massa. "Un presidente peronista no se puede ir en
helicóptero, pero tampoco el peronismo debería pasar a la oposición
sólo por el capricho de unos pocos", dicen cerca de él.
Traducción:
así como Scioli debería ser la opción que Joaquín cree más o
menos viable, De la Sota es un escape, sea con “Scioli”(SIC) o
con “Massa”(SIC). Siempre, claro está, que podamos evitar que
TODO ESTÉ PERDIDO.
De
la Sota, que nunca militó en el kirchnerismo, aspira a participar de
una solución electoral para el partido, pero sabe que las sociedades
también se cansan de las marcas. La marca del PJ es la que está
ahora en peligro.
Traducción:
Morales Solá es lo suficientemente antiperonista (GORILA) como para
comprender que está hablando del PJ y haciendo un berenjenal supino
al decir que incluso el PJ, siendo en todos estos casos una salida,
no sería una salida, al menos no una salida para que finalmente,
TODO ESTÉ PERDIDO.
El
tercer gobernador fue el misionero Maurice Closs, también un
peronista que era muy cercano a Cristina, que hizo un llamado a no
repetir las experiencias de los finales de Raúl Alfonsín y de
Fernando de la Rúa. Closs morigeró luego sus declaraciones, pero
quienes lo escucharon en una entrevista en Radio Mitre saben que lo
que se publicó tiene el sentido de lo que dijo. Lo que sucedió con
Closs podría pasarles a muchos peronistas: se confunden de momento e
interlocutor y terminan hablando ante los micrófonos como hablan en
la intimidad. El cuadro que pintó Closs en público es el que
describe todo el justicialismo en estricta reserva.
Traducción:
cuando hay un fallido, significa que TODO ESTÁ PERDIDO.
El
conflicto irresuelto de todos ellos es encontrar una forma de llegar
directamente a la Presidenta. Al principio confiaron en Jorge
Capitanich, pero éste se pasó al fanatismo de los conversos. El
político abierto y pragmático que fue se convirtió en un cruzado
del cristinismo más paranoico. "Cristina, Máximo y Zannini han
perdido muchas cosas, menos el arte de quemarle el cerebro al más
pintado", dice un intendente bonaerense que visita asiduamente
la Casa Rosada, en alusión a Capitanich. Dos gobernadores peronistas
dicen que nunca confiaron en Capitanich como un representante del
partido en la Casa de Gobierno. "Sólo sabe decir que sí. Lo
hizo con Cavallo, con Duhalde, con Kirchner y con Cristina",
resumen.
Traducción:
en La Nación teníamos la esperanza de que Capitanich sea un olfa
nuestro, pero es un Soldado. Lamentablemente, y con este tipo de
políticas y modos, TODO ESTÁ PERDIDO.
El
interlocutor ideal para todos ellos sería Scioli, por su envergadura
como gobernador de la provincia más importante del país y como uno
de los pocos políticos peronistas que conservan respetables índices
de popularidad. La idea es el regreso a un viejo problema: Scioli no
ha nacido para llevarle un ultimátum a nadie. Y lo que los
peronistas quieren es que alguien le diga a Cristina que el partido
no se suicidará por los desbarajustes que arma Axel Kicillof.
Traducción:
“Scioli”(SIC) o nada, aunque los “peronistas” sean lo malo.
Con Kicillof, TODO ESTÁ PERDIDO.
El
ministro de Economía es casi una manía para ellos. "El
peronismo no practicó nunca la prueba y el error con el poder",
dice un gobernador con notable desprecio político por el ministro de
Economía.
Traducción:
hablan todos los gobernadores con Joaquín Morales Solá, e incluso,
algunos hablan “con notable desprecio”(SIC) para reafirmar que
TODO ESTÁ PERDIDO.
Sólo
hay un intendente en Buenos Aires, el de La Matanza, Fernando
Espinoza, con un trato amable y asiduo con la Presidenta. Espinoza,
que es ahora también el presidente del PJ bonaerense, suele llevarle
pedidos concretos a Cristina para la gestión de los intendentes. No
obstante, nadie está seguro ahora de que podría convencerlo de ser
el mensajero de un ultimátum.
Traducción:
hola, mi nombre es Joaquín Morales Solá. Contra Espinoza no puedo
tirarme, porque me puede desmentir. TODO ESTÁ PERDIDO.
Ultimátum
es una palabra muy usada en estos días en el justicialismo. ¿Qué
significa? "Que Cristina deje de jugar con La Cámpora y se
apoye en el peronismo, o el peronismo no la apoyará a ella",
responde un gobernador. Está saliendo a flote en el partido un viejo
rencor escondido, que se disimulaba desde que comenzó el segundo
mandato de la Presidenta. Lo provocó la opción de Cristina por los
jóvenes camporistas.
Traducción:
el gobernador es peronista, no cristinista como le gusta decir a
Joaquín Morales Solá. Entonces, el problema, es que hay una
“ebullición” (SIC) y una “preocupación” (SIC) entre los
sindicatos. Esto hace, de acuerdo a Joaco, que... TODO ESTÁ PERDIDO.
"Ella
nos dio la espalda", dice otro intendente bonaerense. Con todo,
al partido le será difícil explicar que esta experiencia de poder
no es suya. El PJ controla casi todas las provincias, casi todas las
intendencias del país y las mayorías parlamentarias del Congreso
nacional. Los diálogos reservados de estas horas no carecen de
realismo: aquellas constataciones del poder peronista son el riesgo
electoral del peronismo. "¿Cómo le explicamos a la sociedad
que el kirchnerismo no es peronista?", se pregunta retóricamente
uno de sus dirigentes más conocidos.
Traducción:
hablan muchos con Joaquín Morales Solá. Algunos son “más
conocidos”(SIC) que otros, parecería. Y el kirchnerismo,
finalmente, no “es peronista”(SIC). TODO ESTÁ PERDIDO.
El
fantasma de una sociedad argentina cansada del PJ y optando por otras
variantes electorales surge con insistencia en esas conversaciones
entre justicialistas.
Traducción:
hasta los peronistas se harán no peronistas, porque incluso en el
PJ, TODO ESTÁ PERDIDO.
Los
peronistas miran con cierta admiración la capacidad de decidir de
los dirigentes gremiales, que siempre han sido la vanguardia del
movimiento. Ya no hay diferencias sustanciales entre Hugo Moyano y
Antonio Caló, el viejo opositor y el reciente oficialista. Los dos
hablan mal de Kicillof, se quejan de la inflación y ponen duras
condiciones públicas. "Al final, Moyano tenía razón: Cristina
será una carga para el PJ", aceptó un dirigente de la CGT
oficialista.
Traducción:
Joaquín Morales Solá no dirá nunca quién es su fuente, pero todos
son importantes. Ahora que entre la CGT de Moyano y la CGT de verdad
“no hay diferencias sustanciales”(SIC) (salvo que uno es anti K y
el otro es K) el impacto lo recibirá la clase obrera, porque TODO
ESTÁ PERDIDO.
Así
está el sindicalismo y hacia ahí va el peronismo. No importa. La
Presidenta decidió pertrecharse en su pequeño círculo de
incondicionales y no oír los ruidos de las palabras ni los de la
sublevación.
Traducción:
“No importa”(SIC) (????) TODO ESTÁ PERDIDO.
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