viernes, 31 de enero de 2014

Hoy: editorial de La Nación



Lejos del bien común

El neoliberalismo kirchnerista

En sintonía con las últimas décadas, el oficialismo empobreció la vida civil y, contradiciendo su relato, llevó a buscar en manos privadas los servicios que el Estado dejaba de brindar, como educación, energía y transporte

Abre la editorial de hoy con un fuerte reclamo: si esto es “en sintonía con las últimas décadas” (SIC), estamos hablando que al menos durante tres décadas este país está empobreciendo la vida civil. Algo cuantimentos discutible, si se toman en cuenta las históricas declaraciones de Juan Carr sobre el hambre en la argentina. Cuestión que se está tratando de resolver con resultados positivos recién en esta última década, y no en las anteriores. Porque como dijo el titular de Red Solidaria, hoy en Argentina, estamos a la vuelta de la esquina del hambre cero” (SIC) .



El Gobierno kirchnerista y sus propagandistas construyeron, a poco de iniciar su andadura, una narrativa sencilla que fue para mucha gente convincente; de acuerdo con ella, la misión que asumieron quienes desde entonces controlan el poder ha consistido en reparar un país dañado por la dictadura y por el neoliberalismo de los años noventa con políticas que decían ser, a la vez, inclusivas de aquellos que habían sido expulsados de la economía y del bienestar y reivindicativas de la memoria de las víctimas de la represión, muertas por ideales que el Gobierno declaraba hacer suyos. Pero al cabo de una década en el poder, el kirchnerismo deja un país yermo y desolado.
Un país yermo y desolado” (SIC). Algo así como EL INFIERNO. ¿Acaso este señor K de Katz escribe desde el futuro, mismo? ¿Sabe que las elecciones son en 2015? ¿El alegato primero en el que habla de lo que se hizo desde el kirchnerismo, es irónico o está diciendo todo lo hecho? No lo sabemos.


Entrega una patria facciosamente dividida, desconcertada, colmada de la ira de algunos, la decepción de otros y el sufrimiento continuado de los muchos para quienes estos diez años no han sido más que el desperdicio de una oportunidad para salir de la pobreza. Un gobierno cuyas batallas épicas se han convertido en poco más que un esperpento exhibe, en su ocaso, aquello que lo iguala con el monstruo del que pretendió, o hizo creer que pretendía, hacerse diferente.
Que alguien le avise a este señor que hay un montón de otros y otras que no están divididos, iracundos, decepcionados ni sufriendo ni consideran desperdicio a la década. Que hoy muchos pibes comen, se educan y tienen sus vacunas por medidas de este gobierno y que esto pasa hoy y pasará mañana. Que muchos pibes y pibas siguen militando a un proyecto, y con más ganas que nunca. Que el “esperpento” (SIC) es relativo y que eso de “ocaso” (SIC) es, además de una exageración lingüistica, una exageración de los tiempos: falta para el 2015, todavía no hay elecciones, que espere sentado rumiando juegos de palabras con el diccionario de sinónimos en la falda.


Un monstruo cuyo nombre usual, tantas veces arrojado en el rostro de los otros, es "neoliberalismo", con el que ha compartido el desdén por los demás y la defensa de intereses parciales, la indiferencia respecto del bien común y el desprecio por una comunidad política cuya existencia misma sólo es posible en el marco de un espacio de deliberación que el kirchnerismo ha cancelado; un gobierno cuyo legado más visible es el incremento de las desigualdades, una sociedad cada vez menos convergente y el retroceso de todos los indicadores que, de la educación a la salud pública y de la movilidad social a la calidad de la Justicia, dan verdadera cuenta del estado de una sociedad.
¿Eh?
SIC.


A diferencia del menemismo, régimen emblemático de aquellas políticas repudiadas, el kirchnerismo ha sido cobarde. Si aquél hablaba frontalmente de la conveniencia de trasladar a agentes privados la provisión de bienes públicos, éste, al tiempo que aumentaba el tamaño del Estado, lo volvía cada vez más inútil y forzaba arteramente a los individuos para que se proveyeran a sí mismos de los bienes que el Estado dejaba gradualmente de brindarles.
A diferencia del menemismo (…) el kirchnerismo ha sido cobarde” (SIC). Bueno. Si el kirchnerismo fuera valiente en estos términos, sería... ¿Mejor o peor? Luego dice el señor K de Katz que durante el menemato (?) pasó todo a privado y que durante el kirchnerismo pasó todo al estado, pero INÚTIL. Y LA YEGUA, CARAJO Y TODO ESO.


Quienes pudieron reemplazaron el transporte público por autos o motos, delegaron la seguridad personal en custodios particulares, compraron servicios de salud y sustituyeron la educación pública por la privada, que vio engrosadas sus filas con las decenas de miles de alumnos que abandonaron el sistema estatal. En los pasos finales de esta exhibición de cinismo, el Estado delegó en los particulares la provisión de energía: el paisaje urbano se vio así invadido por generadores de electricidad que se hicieron presentes en veredas, edificios, casas y comercios. El Estado kirchnerista privatizó también las reservas del Banco Central, al transferirlas a los particulares que decidieron que preferían utilizar una moneda distinta del peso para realizar sus transacciones y preservar su patrimonio.
A diferencia del menemismo (…) el kirchnerismo ha sido cobarde” (SIC). Bueno. Si el kirchnerismo fuera valiente en estos términos, sería... ¿Mejor o peor? Luego dice el señor K de Katz que durante el menemato (?) pasó todo a privado y que durante el kirchnerismo pasó todo al estado, pero INÚTIL. Y LA YEGUA, CARAJO Y TODO ESO.


Ni moneda ni educación: ése será el legado del neoliberalismo kirchnerista, que, al tiempo que distribuía masivamente su relato por cadena nacional, instauraba una micropolítica de la privatización forzando a todos los que estuvieran en condiciones de hacerlo a contratar en el mercado los bienes comunes que el Gobierno iba destruyendo o de cuya provisión se desentendía.
¿Por ejemplo, señor K de Katz? ¿Qué bienes destruyó el GOBIERNO Y CRISTINA Y MÁXIMO KIRCHNER? Oiga, hombre, sea claro que sino parece que está destilando mala leche nada más. Aún confíamos en su criterio, aunque se haya tentado con la palabra “relato” (SIC).


Sagaz, sutilmente, el Gobierno se convirtió en el Gran Privatizador.
Playas, verano, amor, alegría, astucia, sutileza, GORILA.


Pero este gobierno introdujo poca novedad respecto de un pasado cuya marca principal también consistió en arruinar lo que no es común.
QUÉ CARAJO. HABLE CASTELLANO, MUCHACHO.


Años de políticas iniciadas, cuando menos, hacia el final del gobierno peronista de los años setenta, agravadas por la dictadura y continuadas durante las dos últimas décadas; cuarenta años de políticas que sólo intentaron ser interrumpidas durante el breve interludio del regreso de la democracia y que se exacerbaron gracias a la incompetencia de la Alianza y a la crisis de principios del siglo.
Bueno, aquí hay una definición política. El señor K de Katz prefiere al radicalismo de Raúl Alfonsín. El de la obediencia debida y el punto final, felices pascuas, pacto de Olivos, la casa está en orden, hiperinflación y nada más. Detalles pequeños.




Aquellos que nacieron después del colapso de 1975 -casi el 70% de los argentinos- son personas cuya memoria de lo colectivo se ha nutrido mayormente de frustración y de fracaso o de cínica indiferencia, para las cuales las ideas mismas de bienes comunes, espacio público y vida cívica resultan ajenas o absurdamente utópicas.
Una generalización aberrante digna de un gorila técnico. Si el setenta por ciento de “los argentinos” (SIC) están frustrados, fracasados, indiferentemente cínicos y le parece una utopía la vida cívica... ¿Todo está perdido? ¿De cuánta gente habla exactamente? ¿Esto está chequeado? ¿Está hiperrecontra chequeado? ¿Eh?


Porque la clave de comprensión de estas décadas injustas no radica fundamentalmente en las opiniones que nos merezca el tamaño del Estado ni si éste debe o no proveer determinados bienes -como el transporte aéreo- o servicios -como la transmisión televisiva del fútbol-, sino, sobre todo, en su falta de disposición para convocar a todos los ciudadanos en torno del ideal y de la experiencia de lo que es común.
Para el señorito K de Katz, la clave no está en tener más Estado, sino en ver lo que pide la mayoría. Si este Gobierno siempre actúa para tener más Estado y “los ciudadanos” (SIC) votan a favor de este Gobierno como en las elecciones presidenciales y eso se llama democracia, no sería algo, digamos... clave. Es lo de menos.


Lo que hemos visto en la Argentina de estas últimas, ya infinitas décadas, es un adelgazamiento constante de la vida civil. El Estado, pequeño en los noventa, grasoso en estos tiempos, ha sido eficaz solamente para conseguir que grupos cada vez más numerosos de personas hayan ido perdiendo sus habilidades críticas para asumir los compromisos políticos y morales esenciales que se requieren para cumplir el papel de ciudadanos en una democracia que funcione.
Esta parrafada es un oxímoron abusivo. En primera instancia, dice “infinitas décadas”, lo cual denota un hartazgo en particular de este señor K de Katz de lo que nosotros conocemos como kirchnerismo y él como KAKA. Luego dice que hay un “adelgazamiento” (SIC) de la vida civil y enseguida dice que estos tiempos son “grasosos” (SIC: no se entiende el pésimo uso de los adjetivos exagerados. Ni Pepe Pompín Eliaschev abusó tanto de las palabras en vano. Y corona este subtexto diciendo que esta democracia no estaría funcionando porque EL GOBIERNO Y CRISTINA Y TODO ESO ya pudrieron las conciencias (!!!).


No ha recurrido para ello tan sólo a los mecanismos clásicos de la expulsión, que consisten en arrojar personas por el barranco de la pobreza, deteriorar la calidad de la educación, de la salud, de la Justicia, de las infraestructuras, de los puestos de trabajo valiosos tanto por las competencias que exigen como por los derechos que otorgan? No sólo ha expulsado a muchos: también ha abierto, para decirlo con la expresión de Albert O. Hirschman, numerosas puertas de salida para que los sectores más acomodados de la sociedad, o aquellos que quieren todavía preservarse como parte de la clase media, hayan ido abandonando los bienes públicos, provistos por instituciones financiadas y controladas públicamente, sustituyéndolos por servicios contratados en el mercado de los prestadores privados.
Arrojar personas por el barranco de la pobreza” (SIC) es un poquito fuerte, troesma. Luego el playlist de “cosas que existen en una república a las que les daremos un tono negativo”. Acá dice, efumemismo más, feísmo literario menos, otra vez, lo que dijo arriba, todo rojo, enojado, tipeando entre babas y medianoche: que este estado al estatizar privatiza en nombre del Estado (?¡?¡?¡??¡??¡?¡?).


Expulsar a unos y estimular la salida de otros han sido los mecanismos privilegiados por quienes, tanto ayer como hoy, han colonizado el Estado en beneficio propio y de sus cómplices, restringiendo cada vez más la comunidad de aquellos que merecen ser respetados como ciudadanos iguales, y no ignorados por excluidos o repudiados por ausentes.
K de Katz, si usted quiere incluir, empiece por escribir claro y bonito. Haciendo trabalenguas tediosos, se nota mucho su enojo y sus ojos inyectados en sangre.


Somos así testigos -más bien: protagonistas- del resultado de casi medio siglo de degradación del compromiso con la esfera pública, con los bienes comunes, con las responsabilidades propias de la ciudadanía, del sostenido menoscabo de las obligaciones con la sociedad civil.
Somos así testigos -más bien: protagonistas-” (SIC) Elija una de las dos, señor. O testigo usted como comentarista enojado, o protagonista usted de una desestabilización editorial (?).
Testigos de un proceso de disolución que ha perturbado profundamente el sentimiento de convivencia mutándolo en una cada vez más dificultosa cohabitación y haciendo obligada una pregunta más angustiante que sus posibles respuestas porque su sola formulación condensa los fracasos colectivos: ¿podremos, los argentinos, vivir juntos? ¿Podremos alguna vez vivir juntos, en una sociedad de individuos autónomos que, como señala Rainer Forst, interactúen en un espacio de razones, que construyan un marco institucional que canalice los conflictos de opiniones e intereses y facilite su solución?
Respuesta a su pregunta inflamada de odio: sí, podremos. Zzzzzzzzzzzzz.


Así como Alain Touraine se lo preguntaba respecto de la convivencia en una sociedad multicultural, es necesario hacernos la pregunta sobre la posibilidad de la convivencia en una democracia y una sociedad profundamente fragmentadas.
Así como el verdulero de la vuelta se preguntaba si aumenta o no el tomate respecto de la convivencia con los empresarios y el barrio, es necesario hacernos la pregunta sobre la posibilidad de que este señor K de Katz no estará citando de más porque no se le cae idea alguna más que la de decir TODO ESTÁ MAL, y así generar una sociedad profundamente fragmentada.


Nada parece sugerirlo.
Ok.


Suponer que el ruinoso final del actual gobierno es el fundamento de una nueva y mejor oportunidad es simplemente desconocer, de modo irresponsable y complaciente, que los muchos fracasos anteriores no han modificado las conductas básicas de los actores colectivos ni individuales en un país en el que cada vez es más difícil encontrar razones compartidas para vivir.
Traduciendo: si esto es malo, lo que viene es peor. Y además de ser culpa de Menem, la Alianza y por supuesto KRISTINA, también es culpa de las personas. Ergo: joderse.


Porque, en efecto, quienes aquí estamos lo hacemos fundamentalmente por razones privadas, una de las cuales es, muchas veces, tan sólo la imposibilidad de no estar aquí.
JAJAJAJAJA.
Acá es claro, diciendo que se queda en este país porque no le queda otra. Si no, se iba corriendo. Le informamos al señor K de Katz que Aerolíneas Argentinas tiene buenos precios y promociones.


La sociedad argentina debe reconstruir razones públicas para la vida en común, razones que no son y que nada tienen que ver con las que nos hacen compartir un territorio. Vivir juntos, no cohabitar.
...


Porque éste será un país cada vez más injusto no sólo por expulsar a unos y estimular la salida del espacio común de los otros, sino sobre todo porque las únicas razones de nuestra permanencia son cada vez menos compartidas con los demás.
Señor K de Katz, usted acá dice que la única razon de “nuestra permanencia” (SIC), o sea, de que el pueblo argentino viva en Argentina, son “cada vez menos compartidas con los demás”. Diga las razones, al menos, salvo que crea usted también que todos y todas en este país (o al menos ese 70% que dijo antes) viven aquí porque no se pueden ir, como usted.




SIC!



jueves, 30 de enero de 2014

Hoy: editorial de Clarín



LOS ERRORES LOS PAGAREMOS TODOS
por Ricardo Kirschbaum.

Este es un gobierno eufemístico y negacionista. Recurre a ingeniosos juegos de palabras para describir situaciones a las que no quiere mencionar directamente. Cree que si las ignoran, los procesos no existen, se evaporan.

Arrancamos fuerte. Diciendo “eufemísitico” (SIC) para hacer un eufemismo de lo que en realidad quiere decir el señor K de Kirshbaum: que este gobierno le molesta. Luego, dice que este gobierno “recurre a ingeniosos juegos de palabras”, recurriendo a ingeniosos juegos de palabras. Y después el bla bla bla de siempre. Le duele que su apellido, empiece con K.



Ayer, por ejemplo, Axel Kicillof denominó “deslizamiento cambiario” a la devaluación del peso. No sólo se “desliza” la paridad cambiaria con el dólar sino que también se “deslizan” los precios, para esquivar así llamar a la inflación por su nombre de pila.
Si “Inflación” es el nombre de pila (SIC), estimamos o suponemos que “deslizamiento cambiario” sería el apellido. No arriesgamos a decir que el segundo nombre elegido por Kirshbaum para esta cuestión, podría ser “Gobierno Populista”. Y el apodo, quizás, sea “KAKA”. Pero no. Él, Kirshbaum con K, elige no decirnos cuál sería el nombre de pila de alguna inflación.


También el ministro había dicho que el “deslizamiento” del dólar a 8 pesos no tenía por qué impactar en el costo de vida. Pero lo que se dice un día bien puede contradecirse al otro. Si vemos las idas y venidas del jefe de Gabinete y del ministro de Economía en estas últimas jornadas, debemos convenir que intentan transmitir convicción y sólo crean un poco más de desconfianza.
Caramba. Hummm... ahora le dice “ministro” a Kicillof. Antes le dijo “Axel Kicillof” (SIC). No obstante, nos cuenta a todos, cumpliendo con el ya metafórico rol de informarm que el ministro de economía dijo que un dólar a 8 mangos no tiene por qué impactar en el costo de vida. Enseguida, nos invita a desconfiar, puesto que según el “lo que se dice un día bien puede contradecirse otro” (SIC). O no. Pero por las dudas prefiere elegir seguir haciendo terrorismo periodístico y presuponer que en efecto, se contradirán (?) los ministros. Profundísimo...


Al autorizar ajustes que ya el mercado había hecho por sí mismo, el Gobierno debió admitir que la devaluación no fue gratis y que los precios toman nota de la depreciación del peso.
Momento. O el gobierno “autoriza” (SIC) o el mercado hace por sí mismo. Elija, señor mío. Se lo imploramos. O el gobierno “autoriza” (SIC) o el gobierno admite. ¿Y es acaso un juego de palabras hablar de que “la devaluación no fue gratis” (SIC)? Es una bromita, suponemos. Devaluación, gratuitidad (?), SIC, y luego “LOS PRECIOS TOMAN NOTA” (SIC) de la “depreciación” (SIC) del peso. Suena a trabalenguas y a mundo de Lewis Carroll en el que El Señor Precio anota algo en un loco anotador. Es por eso que como un favor, así de onda, se lo vamos a tratar de facilitar: dice que el Gobierno analizó los casos y entonces se generaron medidas. Es complejo. Lo sabemos. Y lo queremos mucho.


Más allá de este ejercicio elusivo, lo concreto es que se está apostando a que el dólar oficial a 8 pesos sirva para replantear un punto de equilibrio en la economía. Si no está acompañado por otras medidas, pronto ese nuevo equilibrio se verá amenazado por otras variables.
Acá abiertamente el señor K de Kirschbaum dice que tener un dólar a ocho mangos es una medida positiva para equilibrar la economía. Por las dudas, dejá las dudas. Que no se acompañará, dice. Podría haber dicho lo siguiente: esta medidas junto a otras, como retrotraer los precios de los electrodomésticos a enero, generarán un equilibrio positivo en la economía de todos y todas. Pero no. No le podemos pedir peras al gorila.


La presión salarial se está haciendo sentir. Moyano ya reclamó 3.000 pesos de adelanto antes de las paritarias y la CGT oficialista manifestó su preocupación por el impacto en los sueldos del ajuste cambiario y de la inflación.
Desde luego: Moyano, junto a Macri, cantándole la marcha peronista en un acto en una suerte de ritual amatorio, piden más. Siempre lo hicieron. Ellos se encargaban de pedir, el Gobierno de resolver. Hoy la CGT paralela no pide: se encapricha. Y la CGT real, manifiesta su preocupación y milita con el ejemplo, cuidando los precios y trabajando por un país inclusivo. Pero al señor K no le importa nada de esto. Porque es K de Kirshbaum y no K de Kirchner.


Un punto interesante es preguntarse si este nuevo punto de equilibrio en la relación peso/dólar resiste un aumento salarial como el que están reclamando los sindicalistas.
Señor, le daremos un punto por cada vez que diga punto. Si dice punto dos veces en la misma oración, le daremos dos puntos. En este caso, cada oración que acabamos de decir tendría dos puntos por oración. Y si le pusieramos un punto por cada vez que decimos la palabra oración, tendríamos dos puntos en esta oración, más dos por esta y dos más por decir punto, tres, perdón, en esta. Qué mareo. Sin embargo, ese punto es interesante para Kirshbaum, quien dice que es “interesante” (SIC).


Hay expertos que sostienen que si no hay pérdida del valor adquisitivo del salario y recorte del gasto público, el nuevo escenario que imaginan Kicillof y Cristina, deberá modificarse nuevamente.
Hay expertos” (SIC). ¿Expertos (SIC) en qué? ¿Qué expertos (SIC)? También hay expertos que dicen que este gobierno es una maravilla, y hay expertos que dicen que La Cámpora es lo mejor que le pasó al gobierno, y hay expertos que dicen que La Cámpora es un Vatayón de presos, y hay expertos que dicen que Kicillof sabe y expertos que le hacen preguntas a Kicillof sin ningún rigor ya no periodístico, sino humano. Expertos, lo que se dice expertos, somos todos. Y más si somos argentinos.


Respecto al nivel de gasto, no hay indicios de que este Gobierno piense reducirlo.
Gracias señor K de Kirchner. Tampoco le pediremos que aclare que el gasto de este Gobierno, va a los estratos sociales más bajos, desde hace más de diez años. Con esto ya estaría bien. Gracias de nuevo.


El aplastamiento del salario es otra cuestión porque la conflictividad social es una variante que el Gobierno teme tener que enfrentar.
La impresionante demostración de fuerza que hizo ayer con gendarmes y policías para contener una manifestación en reclamo de una suba de los planes sociales demostró que están dispuestos a controlar la calle.
Señor K de Kirshbaum: evidentemente el párrafo anterior fue un amor de verano. Aquí usted está diciendo que el gobierno está dispuesto “a controlar la calle” (SIC). Si se controla la calle, usted está enojado. Si no se controla la calle, usted está enojado. Si el dólar se puede comprar, usted está enojado. Si no se puede comprar el dólar, usted está enojado. Si hay piquetes y cortes de calles, usted está enojado. Si se contiene un piquete y un corte de calle, usted está enojado. ¿Probó con un yogur? ¿Y con un Activia? Piénselo la próxima mañana que vaya a escribir una editorial tendenciosa. Se lo imploramos.


El Gobierno debería escuchar opiniones y abrir el debate sobre cómo enfrentar eficazmente esta difícil coyuntura. Se trata de un problema que va más allá de la conveniencia política, porque un agravamiento de la situación provocará perjuicios a todos.
Acá leemos que “el Gobierno debería escuchar opiniones y abrir el debate” (SIC). ¿Opiniones de quién? ¿No se cambió con notoriedad el gabinete? ¿Acaso el señor K de Kirshbaum quiere que se lo escuche a él? ¿Acaso no alcanza con una columnita en Clarín? ¿Qué quiere? ¿El canal Paka-Paka para pasar un dibujo animado de Magnetto? ¿A qué llama “conveniencia política” (SIC)? ¿Conviene hacer medidas populares para que la gente quiere a los gobernantes? ¿O conviene leer la editorial de K de Kirschbaum e indignarse cada mañana pensando que el mundo se va al inodor? ¿Sigue sin probar con un yogur?


Se debe terminar con los eufemismos, la negación, el sectarismo y la soberbia. Los errores los pagaremos todos.
Bueno. Si usted lo dice así, qué se yo. La próxima traiga una nota explicando a qué llama “efuemismo” (SIC), “negación” (SIC), “sectarismo” (SIC) y/o “soberbia” SIC. Y así al menos sabremos redistribuir los costos y la cuenta la pagamos todos, y no siempre nosotros y usted nunca jamás.
Sin eufemismos.


Fuerte abrazo.

SIC!

martes, 28 de enero de 2014

Hoy: Editorial de La Nación


Ver para creer

Las marchas y contramarchas, fruto de la improvisación de nuestras autoridades, restringen aún más los derechos de las personas y hunden la confianza en el país


Apenas tendencioso, arrancamos leyendo que nuestros derechos están “aún más” (SIC) restringidos y que la confianza en el país (SIC) está HUNDIDA. En la canaleta del juego y la droga, suponemos desde SIC. Pero no podemos asegurarlo.




La improvisación con la cual el gobierno nacional ha dictado medidas en algunos de los más delicados temas, como el de la moneda, impide un juicio de valor estable sobre las decisiones del pasado fin de semana y ayer.

Hasta hace algunas semanas, uno de los problemas más delicados era la seguridad. O la corrupción. O la lluvia. O los cortes de luz. O la inflación. O Moreno. O Máximo Kirchner. O La Cámpora. O ser argentino. Por otro lado, o por el mismo lado, quien firma esta editorial dice que también es culpa de LA PRESIDENTA no poder hacer un juicio de valor estable (SIC). Es también y por ésto, culpa de LA PRESIDENTA que este señor no pueda hacer análisis político alguno. Suponemos que en breve también dirán que las medidas, por este motivo, atentan contra la libertad de expresión. También.




Habrá que esperar a la aplicación real de esas medidas a lo largo de los próximos días a fin de saber con alguna precisión mayor de qué se trata este aparente cambio de normas sustantivas en las finanzas argentinas.

A fin de saber, y a fin de poder escribir una nota con algún tipo de base cierta sobre la realidad, suponemos, quiso decir este buen escriba de la letra prolija.




Aun así, sobrevivirán dudas, que explicarán la vacilación de los ciudadanos para realizar actos que conciernen a la esfera de los derechos personales.

Esta frase reviste una complejidad técnica digna de Capitanich. Sobrevivirán dudas (SIC), y algo de la esfera (SIC) del dragón, no sabemos. Lo que sí sabemos es que quiso decir que aunque salga todo bien, habrá dudas, puestas por este u otro cronista, para explicar las dudas (?) sobre LA VIDA. CULPA DE LA PRESIDENTA.





El falso levantamiento del cepo para la adquisición de dólares anunciado con todas las letras por el jefe de Gabinete y el ministro de Economía para su atesoramiento o turismo ha chocado, una vez más, con la consecuencia fatal de haberse manipulado tanto el lenguaje.

Bueno. Hablábamos hace un párrafo de cómo se manipula el lenguaje. Y ahora comemos de nuestra propia tierra. Diantres. Punto para el escriba. Igual, ¿Es falso o no lo es? Ahora... ¿Consecuencia fatal? Tipo, ¿DE MUERTE? Entonces, (SIC).




¿Cuál es la libertad de la que se habla si es necesario contar con la autorización del Estado para esas adquisiciones?
Se había anunciado el fin del cepo, pero nos encontramos con un cepo dentro de otro.
O un cepo de otro pozo. Es quizás para el cronista, el Inception de los cepos. Sigamos.



El máximo de compra de 2000 dólares por mes para ahorro autorizado por el Gobierno sólo estará al alcance de quienes tengan ingresos mensuales netos declarados de al menos 80.000 pesos, con una cotización de la divisa a 8 pesos y un recargo de 20 por ciento para Ganancias, que la ubica en 9,60 pesos. Como las autoridades sólo permiten destinar el 20 por ciento de los haberes a estas compras, quienes tienen salarios de 7200 pesos pueden comprar con 1440 pesos unos 150 dólares cada mes, aunque el ministro de Economía, Axel Kicillof, había anunciado un "mecanismo que tendrá un sesgo hacia los que menos tienen".
Claro. El máximo (SIC). Y dice máximo y tiene muchas ganas el cronista de decir Máximo con mayúscula. Y Kirchner. Pero no. No se anima. Y lo que no dice el cronista, es que la intención es para comprar para ahorro: esto implica que si NO ganás OCHENTA MIL PESOS (SIC), podés comprar también dolares. 
Una vez más, palabras huecas, como las de la Presidenta, ayer, al acusar a los "grupos económicos, exportadores e importadores" y a "los bancos" de realizar "maniobras especulativas".
¿Por qué palabras huecas (SIC)? Porque es una nota de opinión. ¿Es también hueco que se compren dolares a lo loco a bajo precio? ¿Es también hueco que se acumule soja? ¿Es también hueco que se guarde mercadería esperando que aumente para poder venderla más cara y sacarle ganancias extraordinarias? ¿Es todo hueco? 'Es el mundo hueco? ¿Por qué “los bancos”(SIC) están entre comillas? Podría responder “porque son gorilas y este proyecto a vos te duele” pero no me gusta abusar de las comillas.
O las del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al adelantar que se publicarán los nombres de las personas autorizadas a comprar dólares, para luego aclarar que no se haría tal cosa.

Si se publicaban los nombres, estaba mal. Si se analiza esa medida y no se hace, TAMBIÉN ESTÁ MAL. Parecería que no hay Jefe de Gabinete que les venga bien.

Ya no causa gracia que el irritable Kicillof atribuyera una supuesta celebración del precio del dólar, que había superado los 13 pesos, a los que habían defendido en su tiempo la convergencia de uno a uno del peso con el dólar.
¿Cuándo sí le causó gracia a este cronista? ¿En algún momento era algo tan gracioso como escuchar un chiste de Corona? ¿SIC?
La infortunada comparación ha sido agotada hasta el cansancio.

No obstante, este cronista la usa una vez más. Porque siempre se puede ser un poquito más liberal.
Los verdaderos campeones del uno a uno fueron los peronistas, que gobernaron con el presidente Carlos Menem durante casi toda la década del 90.
Bueno. Acá el salto arbitrario sobre la temática devela toda la pilositud de un simio en enorme proporciones. El kinkonguismo llevado al extremo. Lo gorila: todo es culpa de LOS PERONISTAS, ergo, de LA PRESIDENTA.
Y Menem sólo pudo preservar esa paridad por tantos años porque gobernó por dos períodos continuados, reelegido merced al voto de los convencionales constituyentes Néstor y Cristina Kirchner, que apoyaron en todo su política y, en particular, privatizaciones de empresas del Estado como YPF. Si se repasa el elenco de figuras gravitantes del oficialismo, se puede afirmar que lo hicieron en un bloque que incluye a las principales espadas del elenco oficial de estos últimos diez años, entre otros el jefe de Gabinete y relevantes ministros.
También, la culpa del neoliberalismo de los noventas es CULPA DE LA PRESIDENTA. Posiblemente también para este cronista sea CULPA DE LA PRESIDENTA las Invasiones Inglesas, las Invasiones Extraterrestres y todo lo que concierne al mundo y a la vida. ¿Es necesario aclarar que la oposición más fuerte al menemismo vino de parte de Néstor Kirchner y Cristina Fernández? ¿Es necesario aclarar que este gobierno fue el que recuperó a YPF? Sí, es necesario. Por otro lado, habla de figuras gravitantes (SIC): Kicillof, de quién tanto se habla en esta editorial, ¿Qué cargo ocupó durante el menemismo? ¡SIC!
Reconvertidos en populistas estatizantes y regularizadores, estos mismos personajes se han obstinado, en el último ciclo de diletantismo político, en restringir los derechos individuales de los ciudadanos. Les queda más por perpetrar si se convirtieran en ley todas las reformas propuestas por el Poder Ejecutivo a los códigos Civil y Comercial.
POPULISTAS ESTATIZANTES (SIC). ¿Es popular la estatización? Desde luego. ¿Es algo malo? Para un liberal, sí. ¿Dilentatísmo político? SIC, y no entendemos qué quiso decir con ello. ¿Perpretar? SIC. 
Después de que volaron del país, como consecuencia de la inseguridad económica y jurídica, decenas y decenas de millones de dólares entre 2008 y 2011, el Gobierno se acordó de que los argentinos realizaban compras de todo orden, asistidos por su capacidad natural y legal de decisión, a través de Internet. De un día para otro, se anunció que no podrían gastar por esa vía más de 25 dólares, en no más de dos operaciones por año que serán gravadas con un impuesto del 50 por ciento, incluidos los gastos de envío.
Acá el compañero cronista aclara que finalmente se tomaron cartas en el asunto. Claro, dice que “después de que volaron del país, como consecuencia de la INSEGURIDAD (SIC) económica y jurídica, decenas y decenas (podría haber dicho centenares pero no sonaba piola) de millones de dólares” (SIC). ¿Está contento? ¿SIC o no?
Ocurrió a continuación lo que es un clásico en gobiernos irreflexivos, que actúan por impulsos: tres días después, se corrigió la medida para autorizar las compras de libros, de medicamentos con recetas y las "mercaderías consideradas de primera necesidad para el destinatario".
Nos morimos de ganas de saber para este cronista, qué es un gobierno reflexivo. Nombre tres ejemplos.
La ambigüedad del último párrafo ha de haber regocijado a la burocracia estatal y a funcionarios sospechados de comportamientos ilícitos, favorecidos por la naturaleza de normas que, como la de los subsidios, dejan amplio espacio de interpretación por el que se cuela la voluntad arbitraria y alimenta la colusión de intereses.
¡SIC!
En un mes cuya tasa de inflación estará en alrededor del cuatro por ciento, las estadísticas del Indec arrebolan de indignación la cara de los argentinos. La palabra oficial está desprovista de valor, sólo cuentan de verdad los hechos incontrastables hasta la oportunidad próxima de su rectificación.
ARREBOLAN (SIC). Pero... ¿Ya está seguro el hombre probo éste de que “los argentinos” (SIC) se van a enojar por el INDEC? Mmmm.

Debemos, entonces, esperar a fin de tomar noción de la significación real de las nuevas medidas en este país que figura en el puesto 166 de 175 naciones evaluadas por el grado de su libertad económica, según la Heritage Foundation y The Wall Streel Journal. Estamos unas pocas posiciones por encima de Venezuela y Cuba, donde la Presidenta dedica unos días de estadía que no han de ser, esperemos, para aprender algo de economía o de derecho, incluidos los derechos humanos, tratados allí como corresponde a una tiranía de medio siglo.
El nivel de MATETE en este párrafo alcanza alturas o profundidades sólo vistas en señoras con cacerolas enojadas porque no pueden comprar dólares, que ahora sí pueden comprar. Mucha bronca, aquí el odio vence al amor del cronista. Argencubovenezuela. O Cubargenzuela. O Argenzueluba. Algo así inventará. A posteriori.
Libertades restringidas en todos los órdenes las de los argentinos.
Bueno. ¿Sabe qué? SIC.
Pongamos por un momento de lado la de la capacidad de expresarnos por la prensa, sujeta a diatribas, exclusiones y persecución de nuevo cuño. Pensemos sólo que en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se está discutiendo con gravedad si los argentinos de diferentes divisas deportivas pueden compartir o no un espectáculo de ese tipo.
La violencia, con su acopio diario de muerte y robo, tiende a restringir con sus riesgos la libertad de concurrencia a espacios públicos en un país sin el debido orden y sin ley efectiva; en un país imprevisible y contradictorio, sin rumbo, en el que, eso sí, un día su canciller declaró que era un derecho humano cortar, en manifestación de protesta, un puente internacional por el que se accede a la otra parte de una misma nación, aunque dividida en dos Estados. Eso ocurrió en nombre de la sanidad ambiental por la voz de habitantes del país cuya capital está orlada por uno de los riachuelos más contaminados del mundo.
De lado la de la”, SIC. ¿Dónde acopia la violencia, diariamente, a LA MUERTE Y AL ROBO? ¿En BÓVEDAS? ¿CULPA DE LA PRESIDENTA? ¿SIN LEY EFECTIVA? SIC. ¿SIN RUMBO? SIC. Momento: ¿Está hablando de Botnia? ¿DE LA PASTERA? CULPA DE LA PRESIDENTA. TODO ES CULPA DE ELLA. Y DE LA CÁMPORA.
Todas estas marchas y contramarchas fruto de la más pura improvisación alejan la posibilidad de generar la confianza que el país necesita.
Ajá. SIC, señor. SIC. Mientras tanto, el mundo nos sigue abriendo las puertas, se sigue exportando y vienen turistas del todo el mundo a este bendito país.



SIC!