viernes, 7 de febrero de 2014

Hoy: editorial de Julio Blanck


J
 & B

Hoy: editorial de Julio Blanck.
Nota original:
http://www.clarin.com/politica/costo-politico-capricho-Cristina_0_1080491977.html


El costo político de un capricho de Cristina

Por Julio Blanck

Amado Boudou acaba de agregarle el condimento político a una mezcla explosiva que ya incluía al dólar, los precios, la inflación, las tarifas, el desaliento a la inversión y la inseguridad. La situación es suficientemente delicada como para desear que el Gobierno y los restantes actores políticos, sindicales y económicos, recuerden que con ciertos fuegos es mejor no jugar.

A una mezcla explosiva”(SIC), nunca más oportuno el “chiste”, teniendo en cuenta la tragedia de Barracas. Esta “mezcla”(SIC) incluye “al dólar, los precios, la inflación, las tarifas, el desaliento a la inversión y la inseguridad”(SIC), y acá suponemos omitió arbitrariamente a la falta de vacantes en las escuelas en CABA, los supermercados que no cumplen con el acuerdo de precios, a los especuladores en la bolsa y a los periodistas muy bien pagos que atentan permanentemente no contra un Gobierno, sino contra la gente que habita este país. Finalmente, arremete con “que con ciertos fuegos es mejor no jugar”(SIC), haciendo otra vez, un chiste a destiempo sobre “fuego”.

La Presidenta nunca terminará de medir hasta qué punto se dañó a sí misma eligiendo a Boudou de vicepresidente. Ese capricho político ejecutado desde un poder sin contrapesos, termina siendo parecido a las decisiones equivocadas, individuales o colectivas: tarde o temprano se paga un precio por ellas. A Cristina le está empezando a llegar el segmento más cuantioso de esa adición. Y no tiene a quién echarle la culpa.
Ese capricho político”(SIC) significó habilitar como vicepresidente a un hombre que destrabó la situación aberrante de las AFJP y le devolvió con su técnica, la jubilación al Estado. Y claro que “no tiene a quién echarle la culpa”(SIC), puesto que tanto ella como muchos y muchas (el 54%) votó a ese Vicepresidente luego de su exitoso paso como Ministro de Economía: no salió de un repollo de un día para el otro tropezando cual personaje de Chaplín.


Es una vergüenza nacional que el vicepresidente haya permanecido inmutable en el cargo durante casi dos años, sin tomar nota -ni él ni el Gobierno- de los severos cuestionamientos judiciales en su contra. No se trata de una evaluación política sobre el desempeño de sus funciones. Es otra cosa.
Haya permanecido inmutable”(SIC) y “sin tomar nota”(SIC), como si no hubiera abogados trabajando en esta cuestión, y como si habría que contestar absolutamente todo lo que se dice del Gobierno, DE LA YEGUA y de todos y todas los que estamos del lado kirchnerista de la vida. Luego, Julito indica que “es otra cosa”(SIC), pero no nos cuenta qué otra cosa es. :(

Boudou es un hombre acusado de cometer delitos. Y de haberlos cometido al amparo de la transitoria impunidad que le dio el poder.
Si tiene “impunidad”(SIC), no sería citado a indagatoria, por ejemplo, troesma.


Con el pedido de indagatoria de ayer, que abre camino a un eventual procesamiento del vicepresidente de la Nación, esa impunidad encontró un límite que tiene tres maneras de explicarse.
Bueno. Entonces impunidad los tiki-takas.

Uno, la abrumadora acumulación de pruebas reunidas en la Justicia. Esas probanzas se fueron sumando incluso después de que en la Semana Santa de 2012, una atropellada escandalosa del vicepresidente, autorizada por la Presidenta, terminó desplazando del caso Ciccone al juez Daniel Rafecas, al fiscal Carlos Rívolo y hasta al Procurador General Esteban Righi, hombre de larga historia peronista y mentor intelectual y valedor de una vasta camada de jueces.
Abrumadora”(SIC): definición del diccionario, “que agobia con esfuerzos físicos o sufrimientos”, o sea que no aplica mucho acá. Y “autorizara por la Presidenta”(SIC). ¿Acaso ESA YEGUA firmó papeles que decían “ATROPÉLLESE”?

Dos, la decisión del actual juez de la causa, Ariel Lijo, y del fiscal Jorge Di Lello, de no someter sus carreras al fuego sacrificial para defender a Boudou. Actuaron sin incomodar públicamente al Gobierno, pero fueron engrosando un expediente que ya tenía contundencia inapelable antes de que ellos tomaran el caso. Los pasos que dieron Lijo y Di Lello tuvieron el respaldo de una amplia franja de jueces y fiscales, y de las figuras más significativas del peronismo vinculadas al Poder Judicial.
Sin incomodar públicamente al gobierno”(SIC) pero a su vez “engrosando un expediente”(SIC). Póngase de acuerdo, muchachito. Vamos. ¿Dónde termina lo público si día a día en cadena nacional en todos los medios del Grupo Clarín se iba comentando cada acción de la justicia o los fiscales? Finalmente y como corolario ad eternum: “peronismo”(SIC), cosa de meter un poco más de tierra en el asunto.

Tres, el pedido de indagatoria -que el juez aprobaría más temprano que tarde- refleja la progresiva debilidad política del Gobierno. El costo del capricho presidencial empezó a ser pagado con los masivos cacerolazos de finales de 2012, en los que el reclamo de una Justicia que enfrentara el festival de la corrupción, del que Boudou es todo un símbolo, fue parte sustancial de la convocatoria. Después, los errores groseros ante los problemas de la economía, el crecimiento exponencial de la inseguridad, el daño progresivo de la inflación y la cerrazón y sectarismo de la Presidenta, confluyeron en la derrota electoral de octubre de 2013. Con fecha de salida a la vista y opositores que comenzaron a construirse como alternativas de poder,el declive se hizo imparable.
La progresiva debilidad”(SIC). Eso se llama “la justicia”, y cuando una causa avanza, tiene instancias. No es progresiva la política en este caso, sino cada momento de una cuestión judicial. No importa. Este señor dirá que es todo cuestión de debilidad. Corona la parrafada con “fecha de salida a la vista”(SIC), como si fuera algo novedoso que un Gobierno termina cuando pasan cuatro años de mandato.

El futuro de Boudou es más propiedad de la Justicia que de la política. Habrá que ver si Cristina sostiene el oprobio de mantenerlo en la vicepresidencia. O si, por el contrario, Boudou es obligado a tener un gesto decente y al menos pide licencia hasta que su situación se defina. Cada minuto que permanezca en su cargo será un costo adicional para una Presidenta a la que cada día le sobra menos capital político para malgastar.
Al menos pide licencia”(SIC) nos deja abierta la oscura puerta de suponer que sería “cuanto más”. Si de mínima eso, mamita querida de máxima: fusilamiento, paredón, horca en plaza pública, lapidación y exterminio. Finalmente: “cada minuto que permaneza en su cargo”(SIC), pide pista y sugiere que YA NO HAY TIEMPO. Porque, como siempre, TODO ESTÁ PERDIDO.

La política tomó nota muy rápido de la nueva situación. Si Boudou comete el acto saludable e inesperado de dar un paso al costado, el primer lugar de la línea sucesoria recaerá en el presidente provisional del Senado. Ese puesto lo ocupa hoy, también por gracia de Cristina, la tucumana Beatriz Rojkés de Alperovich. Pero nadie apuesta un peso a su permanencia.
La política tomó nota muy rápido de la nueva situación”(SIC) y no sabemos en qué anotador anota Doña Política. Y “nadie apuesta un peso a su permanencia”(SIC), con lo cual no sólo da por renunciado a Boudou, sino también a quien lo continúa en cargo. O sea, nadie es apto. Nadie de estos rojos kirchneristas. NADIE. NADIE. NADIE. NADIE.

Hace falta volumen político para conducir el Senado y el elegido de la Casa Rosada es Gerardo Zamora, ex gobernador de Santiago, un radical sumado al kirchnerismo desde la presidencia de Néstor. Pero el peronismo reclama ese lugar para uno de los suyos, entre otras cosas porque tener ese lugar es hoy estar mucho más cerca del poder.
¿“El peronismo”(SIC) pide eso para estar mucho más cerca de un poder en el que no son peronistas? Esto, es muy confuso.

Miguel Pichetto, jefe del bloque oficialista, podría reunir unanimidad o poco menos en el Senado. Pero quizá prefiera ser candidato a vicepresidente de Daniel Scioli o aspirante a la gobernación de Río Negro. De todos modos, ayer Pichetto recibió en su despacho a muchos de los que forman opinión en el Senado, fueran oficialistas u opositores.
Quizás”(SIC), o sea, no tiene la menor idea de qué va a suceder, este poco humilde columnista de Clarín llamado “Julio Blanck”(SIC).

En política nunca se dice nunca.Para evitar confusiones el senador Ernesto Sanz, presidente del radicalismo, aclaró que a ellos Zamora no los representa. No sea cosa que se quiera vender otra vez la decisión de Cristina como un acuerdo con la oposición.
No sea cosa”(SIC) y Julio Blanck se puso a manejar un taxi a lo loco por Avenida Corrientes.

La cuestión es que también en el Senado el peronismo quiere hacerse escuchar. Una resistencia incipiente a las imposiciones de la Casa Rosada emergió a fines del año pasado cuando la aprobación de la reforma del Código Civil y el impuesto a los autos de alta gama. Ahora esa resistencia crece, en paralelo con el debilitamiento del Gobierno.
El peronismo”(SIC). ¿Cuál? ¿El gorila que no es peronismo como el de Yoma? ¿O el rancio que tampoco lo es como el de De La Sota? Sea nuestra guía, Julico.

Una cosa es disciplinarse a quien te asegura éxitos electorales, pero eso ya se terminó”, dijo, pragmático, un confidente de los senadores peronistas.
Un confidente”(SIC). ¿Quién? Basta de “altas fuentes”. Así cualquiera puede decir que cualquiera dijo cualquier cosa. A mí, de hecho, un importante ejecutivo de Clarín puede o no haberme dicho, que a Julio Blanck le gusta mucho el asado con dulce de leche, y le gusta comerlo disfrazado de Pennywise el payaso de IT de Stephen King, mientras escucha Shakira y baila como Pan Am. Qué se yo. Así cualquiera dice y hace decir a cualquiera lo que uno quiso decir. ¿Nocierto?(SIC).

La carta alternativa que podría jugar el Gobierno, si Zamora se les cae, es promover para la presidencia del Senado al neuquino Marcelo Fuentes, un peronista ultrakirchnerista que no reuniría el consenso de Pichetto, pero al menos podría respaldarse en los votos del oficialismo y sus aliados. Fuentes tiene comunicación fluida con el secretario Legal, Carlos Zannini, garantía extra de su lealtad en tiempos tormentosos.
Si Zamora se les cae”(SIC), ¿Adonde se va a caer ese hombre?

En el vértigo de estos tiempos tormentosos afloró la tentación de jugar con fuego, incluso sabiendo cuál es el riesgo de esa práctica y cuánto nos quemamos los argentinos en ocasiones anteriores que todavía lastiman la memoria. Así, con liviandad irresponsable se extiende la discusión sobre si la crisis económica, social y política obligará a Cristina a acortar el tiempo de su mandato.
Jugar con fuego”(SIC), poco tino para hablar de fuego en estos días, otra vez. Y suenan trompetas: “obligará a Cristina a acortar el tiempo de su mandato”(SIC). Este canto de cisne ya lo escuchamos, y por lo menos una vez por día desde los medios políticos opositores, se “sugiere” que la Presidenta se va antes. ¿Por qué? Porque eso es lo que se quiere instalar. Así de simple. Así de aberrante.

Empezó hablando de finales caóticos el gobernador misionero Maurice Closs, que sigue siendo parte del oficialismo. Del otro lado se sumó Luis Barrionuevo, siempre una luz para echar nafta al fuego: “Si tienen miedo de irse antes es porque se van a ir antes”. Y salió el ministro Florencio Randazzo a advertir “no se ilusionen que no nos vamos a ir antes”. Y Jorge Yoma aportó lo suyo cuando sostuvo que el peronismo “debe decirle a Cristina que hasta acá llegó: o cambia o se va”.
Fuego”(SIC) y seguimos con el poco tino. Finalmente, “Luis Barrionuevo”(SIC) acá es mostrado como una palabra de peso, siendo que tiene más sospechas de delitos que cualquier funcionario del Gobierno Nacional. Y culmina con “Jorge Yoma”(SIC), que en su infinito despecho por ser eyectado de la función pública por el pueblo, sumado a su miserable proyección electoral para ALGO, corretea los pasillos del Grupo Clarín preguntando dónde está el baño para hacer pichín.

Son todas palabras que expresan una idea violenta: la de la posible alteración de los tiempos constitucionales.
Idea violenta”(SIC) que se sugiere hasta el hartazgo en por lo menos una editorial diaria de Clarín o de La Nación. Nunca desde el Gobierno Nacional.

Este despropósito puede seducir a los que desesperan porque sus planes políticos o sus negocios se pueden consumir en la espera de 2015. O atraer a quienes frente a la inevitabilidad del derrumbe, el fracaso del relato y la pérdida de apoyo social, prefieran una salida con visos heroicos al lento sangrado de la crisis.
Sus negocios”(SIC), como por ejemplo, los de Magnetto, por decir un caso que nada tiene que ver con esta nota pero caprichosamente lo escribimos. Y “fracaso del relato”(SIC), como si eso de “el relato”(SIC) no fuera una idea ciento por ciento del Grupo Clarín, que crea una cosa para luego decir que fracasa.

La acción sigue estando en manos del Gobierno. Y de la Presidenta, que esta semana ratificó su notable capacidad para ampliar el campo de sus enemigos. Sumó a esa especie indeseable a los mismos sindicalistas y empresarios que habían sido convocados para aplaudirla. El resultado es una ecuación peligrosa: los otros cada vez son más y los propios son cada vez menos.
Los otros”(SIC) y “los propios”(SIC), como si se tratara de una telenovela.

La imposibilidad de escuchar, el aislamiento como táctica política o como fruto de la naturaleza de las personas actuando bajo el dominio de las pasiones contrariadas, puede resultar tan riesgoso como las palabras que expresan ideas violentas.
La imposiblidad de escuchar”(SIC). ¿De escuchar a quién? ¿A vos, JULIO BLANCK? Vamos. Usted escriba, dele. Arigató

La Presidenta, con todo respeto, también está incluída entre los que no deberían jugar con ciertos fuegos.


Con todo respeto”(SIC), dice Julio Blanck y la cara se le endurece como una moneda de oro. Y termina, eso sí, con la palabra y el concepto con los cuales machacó con miserable e intencional tino, durante todo el texto: “fuegos”(SIC).

SIC!

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